LFP24 - SP

  «Oh Jesús, Sacerdote eterno
guarda a tus sacerdotes al abrigo de tu Sagrado Corazón,
donde nadie pueda tocarlos.
Mantén sin mancha sus manos ungidas
que diariamente tocan Tu Sagrado Cuerpo.
Mantén inmaculados sus labios
diariamente purificados con tu Preciosa Sangre.
Mantén puros e inmaculados sus corazones,
sellados con la sublime marca del sacerdocio.
Que tu santo amor los rodee y
los proteja del contagio del mundo.
Bendice sus trabajos con abundantes frutos y
que las almas a las que atienden sean aquí su gozo y su consuelo
y en el cielo su hermosa y
su hermosa y eterna corona».

 (Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz)


 AYUNAR Y REZAR POR LOS SACERDOTES


Oramos y ayunamos por el sacerdote que bautiza nuestra alma.

Oculto en nuestro sacerdote está el Santo que espera y anhela ser revelado en la humildad e inocencia de un niño. La impotencia de este pequeño niño es absoluta cuando es bajado a la Fuente Bautismal.

Y el Señor Espíritu, sin ser visto, sin ser oído, obedece la voz de nuestro sacerdote y se precipita en el alma de ese pequeño. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu, la gracia justificante y santificante inunda esa alma y su vida en el Espíritu de Dios ha comenzado, sellada con la marca de Cristo.

Rezamos con Santa Teresita...

«Mantén puro y sin tierra el corazón (...) de un sacerdote amoroso y humilde,
sellado con la sublime marca del sacerdocio».


Esperamos en fila para ser perdonados en el Sacramento de la Confesión / Reconciliación.

Sentado a nuestro lado, vemos a nuestro Salvador, esperando con nosotros.

A Su Imagen, nuestro sacerdote se sienta, se arrodilla a nuestro lado, llora con nosotros en profunda compasión en este Sacramento de sanación espiritual y gracias para vencer nuestros pecados.

Como la encarnación de Aquel Cuyo Nombre es Humildad, el comportamiento, el tono, la dulzura y la compasión de nuestro sacerdote nos hablan.

A través de la escucha santa, el Señor Espíritu nos capacita para escuchar a nuestro sacerdote decirle a nuestra alma herida que el Confesionario es un Espacio Sagrado donde nuestra alma está segura...y en Su Nombre, nuestro sacerdote nos absuelve de nuestros pecados.

«¡Vete! Yo te perdono. Toma prestada Mi fuerza. No peques más».

Y con Santa Teresita, rezamos por nuestro sacerdote....

«Bendice sus labores con abundantes frutos y que las almas a las que ministran sean su alegría y consuelo aquí, y en el cielo, su hermosa y eterna corona».


 Ayunamos y rezamos por el sacerdote cuya voz Dios obedece en la Consagración de la Misa.

«ESTE ES MI CUERPO ESTA ES MI SANGRE».

SACERDOTE. IPSE CHRISTUS.


A la orden del sacerdote, el pan y el vino se transubstancian en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad del Salvador.

Nuestro Salvador, en Su Divino Silencio, en Su Gloria, en Su Fuerza, ante Quien los ángeles se postran, se coloca en nuestras lenguas, en nuestras manos extendidas. Su impotencia vuelve a ser total. Como lo fue en la Cruz.


Se esclaviza de nuevo a nuestro amor, sea poco o mucho nuestro amor por Él.

Y nos da a su Padre, a su Espíritu, a su Madre, a su Todo.

A TRAVÉS DE SU SACERDOTE.


«Mantén sin mancha sus manos ungidas
que diariamente tocan Tu Sagrado Cuerpo.
Mantén inmaculados sus labios
diariamente purificados con tu Preciosa Sangre.
Conserva puros e inmaculados sus corazones,
sellados con la sublime marca del sacerdocio.
Que tu santo amor los rodee y
los proteja del contagio del mundo».


Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, comparte su vida terrena con nuestro sacerdote que es ordenado

a su semejanza. Sus sacerdotes, Sus «otros yo», vivirán y morirán como Él, por nosotros.

  •  Nuestro sacerdote será tentado (Mateo 4:1-11); 
  • será vulnerable (Juan 13:1-17);
  • se llenará de angustia (Mateo 26:36-46);
  • sus feligreses le abandonarán (Juan 6: 53-66);
  • sus amigos le rechazarán (Lucas 22:57);
  • soportará vergüenzas y humillaciones y sufrimientos del alma y del cuerpo (Mateo 26 -27, Marcos 14-15, Lucas 22-23, Juan 12-19).

Por eso rezamos y ayunamos por nuestros sacerdotes.


«Oh Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote
guarda a tus sacerdotes al abrigo de tu Sagrado Corazón,
donde nadie pueda tocarlos... que tu santo amor los rodee».

(Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, Patrona del Ayuno Laical anual por los Sacerdotes)


El 19º AYUNO LAICO POR LOS SACERDOTES tendrá lugar el sábado 19 de octubre de 2024 desde el amanecer hasta las 3 de la tarde. Para unirse al ejército mundial de ayunantes, por favor inscríbase en:

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